Maneras prácticas de expresar nuestro cariño a los mayores

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Jehová indica que la obligación de atender a los mayores recae principalmente en sus familiares (1 Timoteo 5:4, 8). A él le complace que las familias cumplan con su deber y que valoren a sus familiares de edad avanzada tanto como él. Estas familias pueden contar con el apoyo y la bendición de Dios por todos sus esfuerzos y sacrificios.

Pero a Jehová también le agrada que las congregaciones ayuden a los mayores que no cuentan con familiares creyentes o con parientes que estén dispuestos a cuidarlos (1 Tim. 5:3, 5, 9, 10). De esta manera, la congregación manifiesta solidaridad, cariño fraternal y tierna compasión (1 Ped. 3:8). Pablo ilustró muy bien ese interés sincero al decir que cuando un miembro del cuerpo sufre, “todos los demás miembros sufren con él” (1 Cor. 12:26). Tomar medidas prácticas a favor de los hermanos mayores está de acuerdo con este principio que expresó Pablo: “Sigan llevando las cargas los unos de los otros, y así cumplan la ley del Cristo” (Gál. 6:2).

¿Qué “cargas” tienen que llevar los hermanos de edad avanzada? Hay quienes se agotan enseguida y se sienten abrumados ante tareas bastante sencillas, como ir al médico, hacer algún trámite, limpiar la casa o preparar la comida. Puesto que con la edad disminuyen el apetito y la sed, algunos no se alimentan bien ni toman suficientes líquidos. Y algo similar puede ocurrirles con las cosas espirituales. A muchos hermanos con problemas en la vista y el oído les resulta difícil leer y asistir a las reuniones. Tan solo prepararse para asistir a una reunión puede dejarles extenuados. ¿Qué pueden hacer los demás para ayudarlos?

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