Vivamos en conformidad con la ley del Cristo

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Todos tenemos que examinarnos periódicamente para determinar si vivimos en conformidad con la ley del Cristo y la promovemos. (2 Corintios 13:5.) En realidad, sería provechoso que nos preguntáramos: ‘¿Soy edificante, o crítico? ¿Soy equilibrado, o extremista? ¿Soy considerado con los demás, o insisto en mis propios derechos?’. El cristiano no trata de dictar a su hermano lo que debe o no debe hacer en asuntos que la Biblia no trata específicamente. (Romanos 12:1; 1 Corintios 4:6.)

En estos tiempos críticos es importante que busquemos maneras de animarnos mutuamente. (Hebreos 10:24, 25; Mateo 7:1-5.) Cuando nos fijamos en nuestros hermanos, ¿no son mucho más importantes para nosotros sus cualidades que sus debilidades? Para Jehová, cada uno de ellos es muy valioso. Desafortunadamente, no todos piensan así, ni siquiera de sí mismos. Muchos tienden a ver solo sus defectos e imperfecciones. Para animar a estos y a otros hermanos, ¿podríamos hablar con uno o dos de ellos en cada reunión, explicándoles por qué valoramos su presencia y su importante aporte a la congregación? ¡Qué gozo aliviar su carga de esa manera y así cumplir la ley del Cristo! (Gálatas 6:2.)

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