CÓMO EVITAR LA VIOLENCIA DOMÉSTICA

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La violencia se gesta en el corazón y en la mente; nuestro modo de actuar se origina en nuestro modo de pensar. (Santiago 1:14, 15.) La persona violenta tiene que transformar su modo de pensar para despojarse de la agresividad. (Romanos 12:2.) ¿Es posible? Sí. La Palabra de Dios tiene el poder de cambiar a la gente. Puede incluso desarraigar ideas destructivas ‘fuertemente atrincheradas’. (2 Corintios 10:4; Hebreos 4:12.) El conocimiento exacto de la Biblia ayuda a cambiar de tal manera a la persona, que se dice que esta se viste de una nueva personalidad. (Efesios 4:22-24; Colosenses 3:8-10.)

Cómo ver al cónyuge. La Palabra de Dios dice: “Los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama”. (Efesios 5:28.) La Biblia también dice que el esposo debe asignar a su esposa “honra como a un vaso más débil”. (1 Pedro 3:7.) A las esposas se las exhorta a que “amen a sus esposos” y les tengan “profundo respeto”. (Tito 2:4; Efesios 5:33.) Está claro que ningún esposo temeroso de Dios puede decir con razón que honra a su esposa si abusa de ella física o verbalmente. Y ninguna esposa que grita a su esposo, le habla con sarcasmo o lo regaña constantemente puede decir que lo ama y lo respeta de verdad.

Cómo ver a los hijos. Los hijos merecen, es más, necesitan, el amor y la atención de los padres. La Palabra de Dios llama a los hijos “una herencia de parte de Jehová” y “un galardón”. (Salmo 127:3.) Los padres son responsables ante Jehová de cuidar esa herencia. La Biblia habla de “las cosas características de pequeñuelo” y de la “tontedad” de la niñez.    (1 Corintios 13:11; Proverbios 22:15.) A los padres no les debe sorprender que sus hijos actúen ‘tontamente’. Los jóvenes no son adultos. Los padres no deben pedir más de sus hijos de lo que es propio de su edad, sus antecedentes familiares y su capacidad. (Génesis 33:12-14.)

Cómo ver a los padres mayores. Levítico 19:32 dice: “Ante canas debes levantarte, y tienes que mostrar consideración a la persona del envejecido”. De modo que la Ley de Dios fomentaba el tener en alta estima y respetar a las personas mayores. Esto puede resultar difícil cuando un padre mayor es demasiado exigente o está enfermo y no se mueve ni piensa con rapidez. De todos modos, se recuerda a los hijos que sigan “pagando la debida compensación a sus padres”. (1 Timoteo 5:4.) Esto significa tratarlos con dignidad y respeto, e incluso ayudarlos económicamente si es necesario. Maltratar a los padres mayores físicamente o de cualquier otra manera es totalmente contrario a la enseñanza bíblica.

Cultivemos autodominio. Proverbios 29:11 dice: “Todo su espíritu es lo que el estúpido deja salir, pero el que es sabio lo mantiene calmado hasta lo último”. ¿Cómo podemos controlar el espíritu? En vez de dejar que la frustración se apodere de nosotros, zanjemos enseguida las dificultades que surjan. (Efesios 4:26, 27.) Salgamos del lugar si sentimos que vamos a perder el control. Pidamos a Dios que su espíritu santo produzca en nosotros autodominio. (Gálatas 5:22, 23.) Un paseo o un poco de ejercicio físico pueden ayudarnos a controlar las emociones. (Proverbios 17:14, 27.) Procuremos ser ‘tardos para la cólera’. (Proverbios 14:29.)

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